25 de febrero de 2014

El último golpe

El 23 de febrero de 1981, se produjo un intento de golpe de estado.
El pasado 23 de febrero, la vida golpeó por última vez a mi abuela.

Una tonta caída, en la madrugada del viernes, le rompió cadera y fémur. Desde ese momento, sólo se podía esperar lo peor. 97 años y sus ganas de ser autónoma tuvieron la culpa. Unas auxiliares y enfermeras despreocupadas y carentes de tacto lo acabaron de rematar.

La última vez que la vi con vida fue la tarde del sábado. Aparentemente estaba mejorando. "La mejoría de la muerte", lo llaman. No llegué a despedirme de ella. Dormía y no quise despertarla. Me siento mal por ello y porque no recuerdo la última vez que le dije que la quería.

Llevaba veinte años viviendo con nosotros, las muertes seguidas de mi abuelo y mi tío le causaron una profunda depresión. Estaba cansada de todo y de creerse una carga para nosotros.

La canción dice: "Los hombres no lloran, tienen que pelear" Yo todavía no la he llorado. No sé por qué soy así. Y no por falta de ganas. Al contrario, ha sido tremendamente duro para mi. Verla en el hospital... contemplar los ojos llorosos de mis primas... esa llamada a las 3:31 de la madrugada anunciando su muerte... el llanto de mi madre... ver su cuerpo muerto y amarillo sobre la cama del hospital... llamar a familiares... un largo velatorio... organizar cenas y hotel... el ascender del ataúd en la capilla... caminar detrás del coche fúnebre sujetando a mi madre... atisbar la sábana que contenía los restos de mi abuelo y tío al introducir el ataúd en el nicho... recoger las cosas de su cuarto... sentarme a descansar en el sofá y ver a mi lado el pañuelo que siempre tenia sobre el brazo de su sillón...

Intento consolarme pensando que su agonía solo duró unos minutos. Retumban en mi cabeza las palabras de la monja que la visitó: "Rezaré por su recuperación o por lo que sea mejor para ella..." Amén.

Como ni yo creo en Dios, ni Dios cree en mi. Si algun@ de vosotr@s es creyente, nombrarla en vuestras oraciones. Micaela es su nombre. Que descanse y se reúna con su marido y su hijo.